El Salvador ya tiene su propio videojuego de carreras: Sivar Race Game, una propuesta desarrollada por salvadoreños que ha comenzado a viralizarse por su original concepto: tunear buses y coasters al estilo nacional y competir en carreras por las calles más reconocidas del país.

Disponible para dispositivos Android y iPhone, este título permite a los jugadores modificar sus vehículos con viniles, luces, escapes, pintura, rines y más detalles, con una estética muy cercana a la realidad del transporte colectivo que recorre el país.

@sivarracegame Trailer Sivar Race DEMO Nos vemos el 30 de Mayo. #elsalvador ♬ original sound – Sivar Race El Salvador 🇸🇻

Carreras en escenarios salvadoreños

Uno de los elementos que ha llamado más la atención de los usuarios es el realismo en los mapas, que incluyen locaciones como:

• Bulevar del Ejército
• Alameda Juan Pablo II
• Centro histórico de San Salvador
• Pasos a desnivel y calles de Soyapango, Santa Tecla y Mejicanos

Cada pista tiene obstáculos, tráfico y condiciones similares a las reales, lo que hace que la experiencia sea tan salvadoreña como competitiva.

Un éxito entre los jóvenes

Desde su lanzamiento, Sivar Race Game ha acumulado miles de descargas y comentarios positivos en redes sociales como TikTok, donde se comparten clips de los buses personalizados corriendo por zonas emblemáticas del país. La opción de competir en línea y subir en los rankings le da un toque de competencia global, aunque con alma 100% salvadoreña.

Además, los creadores han prometido actualizaciones constantes, nuevos vehículos, pistas adicionales e incluso la posibilidad de elegir rutas reales del transporte público salvadoreño.

Un homenaje digital a la cultura del transporte salvadoreño

Sivar Race Game no solo es entretenimiento. También es un homenaje a la cultura popular que gira en torno al transporte urbano, incluyendo las frases típicas de los ayudantes, el sonido característico del motor, y el colorido diseño de cada unidad.

Este juego se perfila como un referente del gaming salvadoreño, uniendo tecnología, cultura y creatividad en una sola aplicación que ya está marcando historia.

El Salvador ha sido testigo de presentaciones inolvidables que han dejado una huella imborrable en la memoria colectiva. Desde leyendas del rock hasta íconos de la música latina, estos conciertos no solo atrajeron a multitudes, sino que también redefinieron la experiencia musical en el país.

1. Iron Maiden – 6 de marzo de 2016

La legendaria banda británica de heavy metal, Iron Maiden, se presentó por primera vez en El Salvador como parte de su gira «The Book of Souls World Tour». El concierto tuvo lugar en el Estadio Jorge «Mágico» González y congregó a miles de fanáticos que esperaron años para ver a sus ídolos en vivo. La energía y el espectáculo ofrecido consolidaron este evento como uno de los más memorables en la historia del rock en el país.

2. Gustavo Cerati – 20 de noviembre de 1999

En el marco de su gira «Bocanada», el exlíder de Soda Stereo, Gustavo Cerati, ofreció un concierto íntimo en el Anfiteatro de la Feria en San Salvador. Este evento fue significativo, ya que marcó una etapa importante en su carrera como solista y permitió a los fans salvadoreños disfrutar de su evolución musical en un ambiente cercano y emotivo.

3. Aerosmith – 4 de octubre de 2012

La icónica banda estadounidense de hard rock, Aerosmith, incluyó a El Salvador en su gira mundial, presentándose en el Estadio Jorge «Mágico» González. Este concierto fue histórico, ya que fue la primera vez que la banda tocó en el país, ofreciendo un espectáculo lleno de energía y clásicos que hicieron vibrar a los asistentes.

4. Vicente Fernández – 3 de abril de 2009

El «Charro de Huentitán», Vicente Fernández, brindó su último concierto en El Salvador en el Estadio Jorge «Mágico» González. Con una carrera llena de éxitos y una conexión especial con el público salvadoreño, este concierto fue una despedida emotiva que celebró décadas de música ranchera y tradición.

5. Bad Bunny – 26 de noviembre de 2022

El fenómeno del reguetón, Bad Bunny, se presentó en el Estadio Cuscatlán como parte de su gira «World’s Hottest Tour». El concierto fue un éxito rotundo, atrayendo a una multitud entusiasta y marcando un hito en la historia de los espectáculos urbanos en el país.

El Tunco, una de las playas más emblemáticas de El Salvador, ubicada en el municipio de Tamanique, departamento de La Libertad, es conocida por su ambiente bohemio, sus potentes olas ideales para el surf y una vibrante vida nocturna. Sin embargo, en los últimos años, el aumento del turismo internacional ha transformado el perfil del lugar, generando una inquietante pregunta: ¿se ha convertido El Tunco en una playa solo para extranjeros?

De pueblo costero a paraíso turístico internacional

Originalmente, El Tunco era un pequeño caserío donde pescadores y lugareños convivían en torno a un estero tranquilo. Con el paso del tiempo, gracias a su legendaria formación rocosa —que da nombre a la playa por parecer un «cerdo» o «tunco»— y a sus condiciones perfectas para el surf, el lugar fue ganando notoriedad a nivel mundial.

Hoy en día, es uno de los puntos más visitados por turistas provenientes de Europa, Norteamérica y Sudamérica, que lo ven como un paraíso tropical en el corazón de Centroamérica. La expansión de hoteles boutique, hostales de lujo, restaurantes gourmet y bares de estilo internacional han cambiado por completo el rostro de la playa.

El aumento de precios y la exclusión silenciosa

Con este auge turístico, los precios de productos y servicios han aumentado de manera significativa. Lo que antes era un destino de fin de semana accesible para muchas familias salvadoreñas, hoy parece estar fuera del presupuesto promedio nacional.

Un plato típico que solía costar entre $3 y $5, ahora puede alcanzar los $10 o más en muchos establecimientos. Las bebidas, el alojamiento y hasta el parqueo privado reflejan un nuevo enfoque económico más adaptado al bolsillo extranjero que al local.

Esto ha llevado a algunos salvadoreños a sentirse desplazados o incómodos en un lugar que tradicionalmente era suyo. ¿Es El Tunco aún una playa salvadoreña o ha sido gentrificada para el turismo extranjero?

La resistencia de lo local

A pesar del aumento de precios y la presencia de marcas internacionales, todavía existen iniciativas locales que intentan preservar la identidad original de El Tunco. Algunos comedores y tiendas de artesanía operados por familias locales mantienen precios accesibles, y todavía se puede llegar en autobús desde San Salvador por menos de $2.

Además, los fines de semana siguen viendo a grupos de jóvenes, familias y parejas salvadoreñas visitando la playa, aunque cada vez en menor proporción frente al número creciente de turistas internacionales.

Una convivencia cultural… ¿en equilibrio?

No todo es crítica. Muchos valoran la diversidad cultural que ahora caracteriza a El Tunco. Surfistas australianos, mochileros canadienses y visitantes europeos conviven con la música local, la gastronomía salvadoreña y la hospitalidad típica del país. La experiencia multicultural ha generado oportunidades económicas para muchos pobladores, pero también plantea retos en cuanto a inclusión y equidad.

Conclusión: entre el desarrollo turístico y el derecho al acceso

La transformación de Playa El Tunco es innegable. Lo que antes era un rincón salvadoreño escondido, hoy es una marca turística global. Pero el desarrollo debe venir acompañado de inclusión. Si bien no hay una política oficial que impida el acceso a los salvadoreños, la exclusión económica puede ser igual de efectiva y peligrosa.